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martes, 1 de octubre de 2013

Las mil y una preguntas: ¿son normales sus deposiciones?

Ni blancas ni negras ni rojas. Esta es la guía que mi pediatra me dio en sus primeros días para saber si mi bebé hacía caquitas normales.
Y, aunque parezca una indicación muy escueta, debo decir que me sirvió de mucho. Porque las deposiciones del bebé cambian a medida que crece, cuando va incorporando alimentos, etc. Pueden ser tan variadas en cantidad, color, textura y frecuencia que se acaba antes diciendo cómo no deben de ser que cómo deberían de ser.
Por tanto, mamis primerizas, a grandes rasgos lo que debéis vigilar es que no sean ni blancas ni negras ni rojas (esto significa con sangre). Cualquier tonalidad desde el amarillo más claro al verde oscuro es normal. La textura cambia según lo que coma, así como su frecuencia. Por ejemplo, las deposiciones del lactante recién nacido que toma pecho son muy líquidas, frecuentes –prácticamente cada vez que come- y tienen un olor dulzón, casi se diría que no huelen mal comparadas con las que vendrán después. Cuando se introduce la leche artificial es normal que la frecuencia disminuya, la textura se vuelva más granulosa y el color y olor sean más intensos. A veces aparecen deposiciones de dos colores: amarillo mostaza y verde. Eso es por el tiempo que pasa la comida en el tracto digestivo, de forma que cuando sale, hay una parte que ya es vieja y otra más reciente que tiene una apariencia más fresca.
Con los cereales puede aparecer algo de estreñimiento y caquitas más duras, y con la introducción de frutas y verduras, al contrario, podemos ver que “se suelta el vientre”. En general, no se habla de estreñimiento si el bebé no pasa más de 48 horas sin hacer ni una sola deposición y para hablar de diarrea tendríamos que cambiar unos 9 o 10 pañales de deposiciones prácticamente líquidas al día (esto puede suceder cuando hay una gastroenteritis).


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